Parece que no tenemos muy claro que es eso de un libro electrónico o e-book, sólo así se puede entender esto:
Ismael Pérez Fernández.Un rincón para la ciencia y el pensamiento crítico
¡Vamos a morir todos! El New Age y el negocio del miedo
"Preparé el reportaje durante casi un mes y admito que no conocía nada sobre este tema, pero tenía varias cosas claras. Primera, debía hablar con ambas partes, partidarios y detractores. Segunda, no adoptaría ninguna conclusión, sino que debería ser el lector quien llegara a ella. Y tercera, sólo hablaría con licenciados en medicina especializados en homeopatía"
"Y sí, son medicamentos, no chuches, según todas las directivas europeas y la Agencia Española del Medicamento. Como tal se venden en las farmacias. 'Efectivamente, estamos hablando de medicamentos con eficacia demostrada en estudios científicos y ensayos, al igual que sucede con los medicamentos convencionales, los alopáticos', comentan representantes de la Agencia Española de Medicamentos. Si no, no estarían en el mercado"
Desde la Sociedad Para el Avance del Pensamiento Crítico, nos ponemos en contacto con usted ciertamente consternados por el tratamiento sesgado que se hace en el artículo publicado en su periódico el 6 de marzo de 2010 en la sección «Vida & artes» titulado «La homeopatía, ¿quimera o ciencia?». Dicho artículo, bajo la apariencia de un texto periodístico imparcial y objetivo, termina ensalzando la homeopatía como un tratamiento que, en general, funciona, aunque no se conozca su modo de actuación.
Se cae a lo largo de toda la exposición en esa falacia periodística, tan extendida en nuestros días, según la cual si una persona dice que la Tierra es redonda y ligeramente achatada por los polos y otra dice que es cuadrada y hueca, hay espacio para el debate y todas las opiniones son respetables. El título del artículo podría ser «La Tierra, ¿esfera o cubo?». Que un periódico de tirada nacional desperdicie una oportunidad así para informar a sus lectores, en lugar de limitarse a asumir que una serie de personas mantiene una postura y otros la contraria, con evidente sesgo hacia uno de los lados, es triste. La verdad ni está en el término medio ni es democrática: da igual cuanta gente crea que la homeopatía funciona: las pruebas apoyan todo lo contrario.
No se cita en el texto, ni una sola vez, el editorial que la prestigiosa revista médica TheLancet publicó en agosto de 2005, en el que se publicaban los resultados de más de 100 artículos científicos que estudian la homeopatía de una u otra forma, concluyendo que esta forma de tratamiento (en cursiva, por llamarlo de alguna forma) jamás ha demostrado ser más efectivo que un simple placebo. No solamente eso: en la Cochrane Library, un compendio de revisiones sistemáticas de artículos científicos que permite tener una visión de contexto más amplia sobre un tema determinado, se pueden encontrar cientos de estudios que nuevamente desacreditan cualquier afirmación que indique que la homeopatía puede ser un remedio eficaz contra la multitud de dolencias para las que se utiliza habitualmente.
Es más: durante el texto se cita de pasada la reciente decisión del Parlamento Británico de dejar de financiar este tipo de tratamientos en el sistema nacional de salud. Una información más profunda sobre este asunto, como sin duda debería ser el propósito del reportaje publicado por su periódico, habría al menos señalado la existencia de una serie de vídeos que muestran las sesiones del Comité Parlamentario de Ciencia y Tecnología encargado de comprobar si hay algún tipo de verdad en las promesas curativas de la homeopatía. Sin demasiada sorpresa, no encontraron ninguna.
Confío en que su periódico corrija este patinazo pseudocientífico y consiga establecer una sección de ciencia realmente divulgativa, crítica y útil para la sociedad, en lugar de contribuir a la desinformación, siendo esta última más peligrosa cuando hablamos de un asunto de salud pública.
Atentamente,
ARP - Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico.
Si el mantra del fanático es “Yo tengo razón, tú estás equivocado e iras al infierno” el mantra de los no creyentes deberá ser “Yo tengo razón, tú estás equivocado y vamos a seguir debatiéndolo”
Principio de equivalencia: sean dos sistemas de referencia un sistema de referencia K, no acelerado o inercial, en el que actúa un campo gravitatorio uniforme, otro sistema de referencia K’, que acelera uniformemente con respecto a K, pero en el que no actúa campo gravitatorio alguno. Estos dos sistemas de referencia son equivalentes, es decir, los experimentos que se lleven a cabo bajo condiciones idénticas en estos dos sistemas de referencia darán lugar a resultados idénticos.
La investigación y la innovación son cruciales para el desarrollo y el bienestar de la sociedad, especialmente en tiempos de crisis. En estos momentos se está demostrando que la supuesta prosperidad que daba el ladrillo no era sino pan para ayer y hambre para hoy, y la economía española sigue inmersa en la crisis de la que han salido ya varios países vecinos, que han optado por un modelo económico más sólido.
En este contexto de crisis, tras una década de complacencia, se empezó a hablar con urgencia de la necesidad de un cambio de modelo en pos de una economía sostenible. Sin embargo, observamos, alarmados y con desazón, que la inversión en investigación y desarrollo es el primer "daño colateral" en las finanzas del Estado, a pesar de que sólo dedicamos a Investigación+Desarrollo+innovación (I+D+i) el 1’35% del PIB frente al 2% que se había marcado el PSOE como objetivo para el año 2010 o el 3% que fija como meta la Agenda de Lisboa y el Objetivo de Barcelona, cifra que ya es notablemente inferior a la inversión actual de nuestros vecinos del norte de Europa.
El daño no se limita al Gobierno central y sus presupuestos, pues la gran mayoría de las Comunidades Autónomas también ha recortado los recursos destinados a investigación o a universidades, en algunos casos en un porcentaje muy elevado. Un colectivo muy afectado por este "tijeretazo" será el de los aspirantes a entrar en la carrera investigadora y, especialmente, el de los científicos con contrato temporal, que verán en muchos casos como éste no se renueva, después de todos sus años de trabajo, durante un proceso de formación y perfeccionamiento continuo financiado en gran parte por el Estado, que desaprovecha así su inversión.
El sector científico fue totalmente marginado de las medidas anticrisis, cuando un Plan-E consagrado a la Investigación y a las infraestructuras científicas podría haber cumplido los mismos objetivos que el efectivamente realizado y haber supuesto un salto cualitativo aprovechable en años posteriores, a diferencia de muchas de las obras que fueron financiadas por el Gobierno central. Del mismo modo, el aumento del paro debería haber impulsado un programa nacional urgente de formación de investigadores y técnicos y de reciclaje de trabajadores de sectores excedentes; además, hubiese sido un excelente momento para impulsar las actividades de I+D+i en el sector privado, especialmente en las PYMES, las más afectadas por la crisis. Oportunidades para conjuntar estímulo y avance de la ciencia y la tecnología no faltan.
Así, en lugar de esforzarse por obtener recursos e idear medidas de estímulo a la I+D+i, ésta ha sido la principal sufridora de la “austeridad”, lo que implicará, necesariamente, que no se puedan cumplir muchas metas. Por detrás de algo que puede sonar tan abstracto como sistema de I+D+i, se esconden cosas tan concretas como la investigación del cambio climático, el descubrimiento de nuevos medicamentos, la optimización energética y el desarrollo de fuentes de energía alternativas, la lucha contra el cáncer, etc. El recorte financiero implicará necesariamente un retraso en estas y otras investigaciones.
Esta amenaza coyuntural, muy preocupante por sí sola, se ve agravada en gran medida porque el sistema científico español adolece de una serie de males estructurales, endémicos, que, en el mejor de los casos, son parcheados de un modo deficiente. Entre estos, podemos señalar:
1. Cambio continuo de los responsables burocráticos y de las estructuras de gestión de la investigación.
2. Falta de un calendario fijo de convocatorias de los diversos programas de ayudas a grupos y proyectos de investigación y atrasos burocráticos en su concesión.
3. Ausencia de continuidad y estabilidad en los programas de Recursos Humanos, con continuos cambios en las fechas de las convocatorias y reiteradas dilaciones en la resolución.
4. Arbitrariedad y falta de planificación en los sistemas de selección, promoción y estabilización, que implican la carencia de una política de RRHH sólida, competitiva y con un proyecto a largo plazo.
5. Paralización de la nueva Ley de la Ciencia y de diversas iniciativas legislativas (EPDI , PL-A , PL-FJI ), necesarias para la regulación de las figuras de las diversas carreras del sistema científico (gestora, docente, técnica e investigadora).
La comunidad científica ha expresado su más firme rechazo ante una situación que es insostenible. Creemos que es necesario mostrar nuestro malestar por esta situación y que es hora de salir a la calle y transmitir un mensaje claro, directo y contundente al Gobierno central, a los diferentes gobiernos autonómicos y a toda la sociedad española.
* Exigimos una apuesta clara y decidida por una sociedad basada en la investigación y el desarrollo como pilares de futuro, mediante un Pacto de Estado por la Ciencia y la Investigación. Exigimos un compromiso real, escrito y a largo plazo de los partidos políticos, con participación de los diferentes agentes sociales implicados y de las Comunidades Autónomas, para dotar de estabilidad y proyección al sistema científico español.
* Exigimos un incremento real (no basado en créditos reembolsables) de los recursos públicos y privados en el sector de I+D+i, de modo que en el plazo más corto posible se iguale la media europea en % de PIB y que se supere esa cifra en un plazo no superior a diez años, de forma que la economía española se convierta en un motor sólido y estable, a la altura de las potencias más desarrolladas. Así mismo, se han de evaluar y revisar, de acuerdo con los resultados o las políticas estratégicas, las subvenciones públicas al sector privado de I+D+i.
* Exigimos el diseño de una carrera investigadora basada en la planificación racional de las etapas y en la profesionalización digna de los diferentes estamentos del sistema científico, y que vaya acompañada de una política de recursos humanos rigurosa y coherente que favorezca la estabilización de los investigadores que hayan superado las evaluaciones oportunas y la promoción del personal debidamente examinado y acreditado.
Por todo esto, las diferentes asociaciones, sociedades, sindicatos, grupos e investigadores abajo firmantes creemos que es el momento de que toda la comunidad científica (gestores, docentes, técnicos y científicos) y la sociedad en general se unan en una gran movilización para lanzar un fuerte mensaje al gobierno estatal y a los gobiernos autonómicos: es necesario que todos juntos apostemos clara y decididamente por la ciencia y la innovación en este país.
Magnífico Rector Excmo Sr. Rafael Cortés,Ismael Pérez Fernández.
Le escribo como Director Ejecutivo de la Sociedad Para el Avance del Pensamiento Crítico, sociedad sin animo de lucro cuya finalidad es promover el uso de la razón y del pensamiento crítico frente a la credulidad y las afirmaciones paranormales.
Me dirijo a usted ciertamente consternado al descubrir que una institución como la Universidad Camilo José Cela de la que usted es rector, de cabida en su seno a la pseudociencia, y al sensacionalismo periodístico. Me estoy refiriendo a la “Gran semana de Iker Jiménez” que se va a realizar en la UCJC, la cual lleva por lema “La pasión de investigar” y que ha sido organizado por el departamento de criminología de la UCJC.
Dado el panorama televisivo en nuestro país, imagino que convendrá conmigo que el hecho de que alguien sea famoso o salga en televisión no es prueba ni del rigor, ni de la calidad y honradez del trabajo realizado por la persona en cuestión. El rigor, la calidad, la honradez etc. se demostrarán a través del trabajo realizado y aquí es donde surgen los problemas. Como se ha demostrado en varias ocasiones la calidad del trabajo periodístico de su invitado, el Sr. Iker Jiménez, deja mucho que desear. De hecho, sus invenciones, tergiversaciones, falta de rigor, etc. son tantas y tan numerosas que no cuesta mucho encontrar ejemplos de la falta de investigación en su trabajo, le pondré solamente tres ejemplos:
Corría el año 2005, 13 de noviembre para ser más exactos, esa noche se estrenaba el programa Cuarto Milenio. Uno de los temas estrella fue la conspiración lunar, es decir, la afirmación de que el hombre nunca fue a la Luna, y que todo fue una conspiración orquestada por el gobierno de los EEUU para engañar a la opinión pública. Cualquiera que se ponga a investigar de forma seria el asunto descubrirá que la teoría de la conspiración no se sostiene, y que sus pretendidas pruebas realmente no lo son tanto. Por ejemplo, uno de los argumentos usados en el programa fue que en las fotografías de las misiones Apolo las sombras no eran paralelas, lo cual sería lo lógico ya que en la Luna el único punto de luz es el Sol. Cierto, pero como sabe cualquier persona que haya estudiado dibujo técnico, dos líneas paralelas en tres dimensiones al representarlas en un plano se convierten en líneas que no son paralelas y que convergen en el punto de fuga. Y una fotografía no es más que la representación de una imagen tridimensional en un plano, de ahí que las líneas paralelas dejen de serlo, ¿qué investigación llevo a cabo el señor Jiménez que ni siquiera se dio cuenta de esto?
Otro ejemplo de la ausencia de investigación en el trabajo del Sr. Iker Jiménez lo tenemos en el famoso caso del cosmonauta desaparecido. El 11 de Junio de 2006, en su programa Cuarto Milenio se afirmó que una misión soviética, la Soyuz 2, fue un fracaso: el cosmonauta que iba en ella, Ivan Istochnikov, desapareció. Por supuesto, todo esto habría sido convenientemente ocultado por la URSS, y en el programa nunca se puso en duda la veracidad de lo que allí se estaba diciendo, incluso se aportaron fotografías del supuesto cosmonauta desaparecido. Pero si el Sr. Iker Jiménez hubiera realizado alguna labor de investigación habría descubierto que toda esta historia del cosmonauta desaparecido y todas esas imágenes que usaron en el programa, no es más que un engaño, una obra del fotógrafo y artista Joan Fontcuberta, una vez más ¿dónde están las labores de investigación de Iker Jiménez? En el programa de la siguiente semana Iker Jiménez agradeció a su audiencia la cantidad de mails, informando al programa de que el asunto del cosmonauta no era más que una leyenda. Así pues sólo caben dos opciones. O Iker Jiménez no realizo investigación alguna aceptando acríticamente como cierto lo que no era más que la obra de un artista, o bien lo sabía y oculto la información, en cualquiera de las dos opciones queda en entredicho su capacidad investigadora.
El último ejemplo nos lleva a su programa de la cadena SER, donde se hablaba del avistamiento que se produjo el 14 de octubre de 2007. Luces en el cielo, mucho misterio y especulación desmedida, ¿qué fueron aquellas luces? Si el señor Iker Jiménez se hubiera molestado en ponerse en contacto con la Red de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos -SPMN-, habría descubierto que las misteriosas luces no eran otra cosas que bólidos, es decir, estrellas fugaces, pertenecientes a la lluvia de estrellas Táuridas del Sur, que por cierto, se repite todos los años.
¿Cómo es posible que alguien con semejantes antecedentes de falta de rigor e investigación en su trabajo sea ponente en una institución como la UCJC? ¿Realmente la UCJC apoya esta “forma de investigación”? Las Universidades son el caldo de cultivo de donde surgen los futuros investigadores, científicos y profesionales del país, por lo tanto no me cabe duda de que coincidirá conmigo que es función de la Universidad formar los mejores profesionales posibles, pero ¿cómo vamos a conseguirlo si les damos los ejemplos equivocados?
Le ruego encarecidamente que, si tiene a bien, me conteste a estas inquietantes preguntas o al menos explique por qué se realiza esa “Gran semana” que tiene tan poca consideración científica y tanta sospecha de lo contrario: de promoción de la anticiencia, la pseudociencia y el sensacionalismo.
Atentamente,
Ismael Pérez.
Director Ejecutivo de la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico.